Dieron las 5 y Noel Mentana salió corriendo de la radio donde trabajaba. Su cita a ciegas no era sino hasta las 6:30, pero a sus 33 años cada minuto le recordaba que ya iba tarde. A la posibilidad del amor había que acudir con prisa.

Por favor, helecho, no te mueras. Te cambio de lugar, te acerco más al sol, o menos… lo que tú me digas. ¿No te gusta el agua que te doy? Puedo cambiarla. Escoge tu fuente, la que quieras… ¿O acaso fue mucha? ¿Muy poca?